Nos costó bastante llegar a este resultado, ya que como os dije, el hecho de ser diseñadora gráfica hace que para cada proyecto se abra un mundo para mi. Existen multitud de opciones y a veces me cuesta decidirme por algo, lo reconozco, es uno de mis grandes defectos, la indecisión. Pero cuando mi marido ya estaba saturado de colores pantone y papeles con mas o menos textura, y mas o menos gramaje, me dije a mi misma: no le des mas vueltas, así están perfectas!
Las invitaciones son la tarjeta de presentación de la boda. Son lo primero que ve la gente, y les da una clara idea de como será el evento. En ella se pueden decir muchas cosas a parte de los datos estrictamente necesarios. Nuestros invitados podrán hacerse una idea de si la boda será clásica, elegante, divertida, original, y sobre todo, si son personalizadas mejor que mejor, porque con eso dices : "hey, yo me preocupo por los detalles, y quiero reflejar un cachito de mi personalidad, así que la he hecho a mi gusto".
Como ya os dije en el post de los paipais, el estilo estaba claro. Sería retro pero sencillo, minimalista y destacando la tipografía, así que manos a la obra:
Para no hacer el típico díptico plegado sin mas, se nos ocurrió dividir la información en 4 tarjetones.
En uno de ellos contaríamos nuestra historia. En otro los datos de la boda. En el tercero un mapa de como llegar hecho con el mismo estilo. Y en el cuarto una foto nuestra de la sesión preboda de Neima Pidal. Otro día os hablare de esto, que merece un post a parte.
Luego necesitábamos un sobre, y la verdad es que me canso de los sobres normales y corrientes, y además me chifla el color kraft, asi que blanco y en botella. Pedí unas cajitas a la web de self packaging, que si no la habéis visto, corred! aunque no se si es buena idea, porque sientes una irrefrenable necesidad de tenerlas todas, buff, control!
Bueno, ya teníamos los tarjetones y la cajita, ahora había que decorarla. Y aquí otra de mis grandes pasiones: envolver regalos, poner lazos, etiquetas, sellos...
Diseñé un sello personalizado con el "save the date" (nuestra fecha), para poner en el exterior. Y compramos unas cuerdecitas geniales, que sigo usando hoy en día para mil cosas. Y como no, serían de mil colores, ¿para que conformarse con uno, no? Y por ultimo, para rellenar un poquito, nos hicimos con unas bolsas de confeti gigante de colores. Super chulo! Aunque ya os digo que cunde mas de lo que parece, aun tenemos un par de bolsas que nos sobraron...
Y entonces llegó el mejor momento de todos, la cadena de montaje! de esto no os había hablado, pero es de las cosas que recuerdo con mas cariño. Esos momentos en la cocina de casa nosotros solos o con algún amigo/cuñado/hermano/madre que nos echaba una mano. Y tachaaaaan, aquí esta el resultado:
